De pronto este espacio se ha vuelto un poco menos informativo y un poco más comunicativo, se ha vuelto un espacio de comunicación entre lo que observo, aprendo y pienso y quienes se toman el tiempo de leer con esa inquietud de aprender de lo que alguien puede comunicar.
Así pues, my friends, hoy reflexiono sobre la capacidad que cada uno de nosotros tenemos de "resistir" ante una fuerza opositora, ya sea emocional o física.
Adversidades siempre las habrá, eso no es novedad. La violencia existe ni vale la pena quererlo ignorar.
Así que debemos prepararnos con conciencia para soportar y vencer cualquier tipo de adversidad.
Ayer viví una situación de violencia, hubo quienes (y digo quienes porque eran varios) agredieron de manera cobarde a un grupo de personas, entre ellas su humilde servidor.
Se valieron de la oscuridad de la noche y sin medir las posibles consecuencias de sus actos lanzaron una decena de piedras (desde lejos) algunas de ellas hicieron blanco en algunas personas y , como es normal de un cobarde (que son la escoria de la sociedad) huyeron corriendo entre las calles mal iluminadas de nuestra ciudad.
En fin, yo recibí uno de esos impactos en un lado de mi cara, y he aquí el punto de mi reflexión,
al recibirlo la primer reacción que por naturaleza sentí fue el ceder y desvanecerme por la fuerza que llevaba el proyectil, entre el caos y los gritos de los demás que, asustados o que también fueron alcanzados por las piedras, inmediatamente supe lo que estaba ocurriendo y esto me mantuvo de pie atento a lo que podría seguir.
Gracias a Dios nadie resulto con daños graves.
Después de pasado todo el caos y estando yo en casa, me preguntaron que si me había dolido.
Con una sonrisa mi respuesta fué:
"He recibido alguna patada más fuerte y no me tumbó"
P.D
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Efraín Lara
